El profesor Eddie Glaude Jr., destacado académico de la Universidad de Princeton y figura prominente en los estudios afroamericanos, ha desatado una tormenta de reacciones con una declaración contundente sobre la reelección de Donald Trump en 2024. En una aparición en el programa Deadline de MSNBC el pasado 7 de abril de 2025, Glaude afirmó: «Elegimos a un criminal porque no queríamos elegir a una mujer negra». Sus palabras, dirigidas a explicar la victoria de Trump sobre la vicepresidenta Kamala Harris, han avivado un debate feroz sobre el rol de la raza y el género en la política estadounidense, al tiempo que reflejan las profundas divisiones que persisten en la sociedad de ese país.
El contexto de la afirmación
Glaude, conocido por su análisis incisivo sobre la intersección entre raza, poder y democracia, no titubeó al señalar lo que considera una motivación subyacente en la decisión de los 78 millones de votantes que respaldaron a Trump. Según el profesor, la elección no se trató únicamente de políticas económicas o descontento con el gobierno de Joe Biden, sino de una resistencia visceral a la posibilidad de que una mujer negra, Kamala Harris, asumiera la presidencia. «La gente prefirió a un felón, alguien más interesado en la lealtad, la retribución y el lucro que en la democracia», añadió, refiriéndose a las condenas legales que Trump arrastra y a su estilo de liderazgo.
La declaración llega en un momento en que Estados Unidos aún procesa los resultados de las elecciones de 2024, donde Trump logró una victoria arrolladora, conquistando los siete estados clave y consolidando un giro hacia la derecha en diversos grupos demográficos. Harris, quien asumió la candidatura demócrata tras la salida de Biden, representó una oportunidad histórica para romper el techo de cristal como la primera mujer negra en llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, su derrota ha abierto heridas y generado preguntas incómodas sobre los prejuicios que aún moldean el panorama político.
Un análisis cargado de historia
Para Glaude, la elección de Trump no es un evento aislado, sino la culminación de una larga historia de tensiones raciales y de género en Estados Unidos. En su intervención, argumentó que la preferencia por un hombre blanco con un historial controvertido sobre una mujer negra altamente calificada revela una verdad dolorosa: «Muchos decidieron, sin evidencia alguna, que Donald Trump respondería a sus vidas mejor que Kamala Harris. ¿Cuál es la sustancia de esa preferencia? Creo que él les da permiso para culpar a otros por sus condiciones».
Este diagnóstico resuena con los análisis previos del académico, quien ha escrito extensamente sobre cómo el miedo a los cambios demográficos y la pérdida de privilegios históricos han alimentado movimientos populistas de derecha. En su libro We Are the Leaders We Have Been Looking For (2024), Glaude explora cómo los votantes pueden ser manipulados por narrativas que explotan estas ansiedades, un fenómeno que, según él, Trump ha dominado con maestría.
Reacciones y controversia
La afirmación de Glaude no ha pasado desapercibida. En redes sociales como X, sus palabras han generado tanto apoyo como rechazo. Algunos usuarios han aplaudido su franqueza, viéndola como una denuncia valiente de los prejuicios arraigados en el electorado estadounidense. Otros, sin embargo, la han calificado de reduccionista y divisiva, acusándolo de etiquetar a millones de votantes como racistas y misóginos sin considerar factores económicos o ideológicos que también influyeron en la elección.
Críticos conservadores han señalado que la victoria de Trump no puede explicarse únicamente por la raza o el género de Harris, destacando el descontento con la inflación, la inmigración y la percepción de debilidad en la administración Biden-Harris. Sin embargo, Glaude sostiene que estos elementos no excluyen el peso de los factores identitarios. «No digo que todos los que votaron por Trump sean racistas», aclaró en otro segmento, «pero sí digo que la raza y el género estuvieron en juego, y negarlo es cerrar los ojos a nuestra historia».
Un espejo para la democracia estadounidense
Más allá de la polémica, las palabras de Glaude obligan a una reflexión profunda sobre el estado de la democracia en Estados Unidos. Si bien Trump ha sido un figura polarizante desde su irrupción en la política, su capacidad para regresar al poder tras un mandato caótico, un impeachment y múltiples investigaciones legales plantea interrogantes sobre las prioridades y valores del electorado. Para Glaude, la elección de «un criminal» sobre una mujer negra no es solo un rechazo a Harris, sino un síntoma de una sociedad que aún lucha por desprenderse de las cadenas de su pasado.
«Y miren», concluyó el profesor en su intervención, dejando el resto a la interpretación. Ese «y miren» parece ser una invitación a observar las consecuencias: un país dividido, una democracia tambaleante y un liderazgo que, para muchos, encarna lo opuesto a los ideales que Estados Unidos dice defender. Mientras el segundo mandato de Trump comienza a tomar forma, las palabras de Eddie Glaude resuenan como un recordatorio de que las elecciones no solo reflejan políticas, sino también las complejidades y contradicciones de una nación en constante evolución.
Santo Domingo Este, o cualquier otro lugar, no escapa a estas dinámicas globales. Aunque el contexto dominicano es distinto, el eco de estas tensiones identitarias resuena en debates locales sobre poder, representación y justicia. Al final, la pregunta que deja Glaude no es solo sobre Trump o Harris, sino sobre nosotros mismos: ¿qué elegimos cuando elegimos, y qué revelan esas elecciones sobre quiénes somos?

